"El éxito abruma, pero nosotros no queremos crecer por crecer"

El caso de Rodrigo Fitaroni podría ser el del protagonista de un cuento infantil. Durante años fue el 'patito feo' de Mallorca, ya que llegó cuando apenas era un niño de 18 años para ser camarero. Conoció el ocio de Baleares por la noche, cuando realmente esta región tan viva entra en ebullición, y se enamoró de ella para siempre.
Sin embargo, ese 'patito feo' fue creciendo a pasos agigantados hasta convertirse en cisne. Y es que pocos años después, y tras haber escalado por diferentes sectores de la hostelería, aquel niño sin apenas preparación se convirtió en el director de una de las cadenas de hoteles más importantes de las Islas...