Cada 24 de octubre el mundo celebra el Día de las Naciones Unidas, una fecha que conmemora la entrada en vigor, en 1945, de la Carta de las Naciones Unidas, el documento fundacional de la organización internacional más grande y diversa del planeta. Este día no solo recuerda el nacimiento de la ONU, sino que nos invita a reflexionar sobre su papel fundamental y sobre nuestra responsabilidad colectiva de seguir construyendo un mundo más justo, pacífico y sostenible.
Tras la devastación de la Segunda Guerra Mundial, los líderes de 51 países se reunieron con una visión compartida: evitar que una tragedia de tal magnitud volviera a repetirse. De esa aspiración nació la Organización de las Naciones Unidas, con el propósito de mantener la paz y la seguridad internacionales, promover los derechos humanos y fomentar la cooperación entre las naciones.
Hoy, casi ocho décadas después, la ONU cuenta con 193 Estados miembros y sigue siendo un símbolo de esperanza, diálogo y unidad en la diversidad.
La ONU actúa en múltiples frentes. Desde los operativos de mantenimiento de la paz en zonas de conflicto, hasta los programas que garantizan acceso al agua, la educación y la salud en regiones vulnerables, su labor abarca los desafíos más urgentes del planeta.
A través de sus agencias —como la OMS, el PNUD, UNICEF o ACNUR— la organización trabaja cada día para mejorar la vida de millones de personas.
Uno de sus proyectos más ambiciosos es la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, un plan global que busca erradicar la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas vivan con dignidad. Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son una hoja de ruta hacia un futuro más equitativo y verde, donde nadie quede atrás.

En un tiempo marcado por el cambio climático, los conflictos armados, las desigualdades y las crisis humanitarias, la misión de las Naciones Unidas sigue siendo más relevante que nunca. Ningún país puede enfrentar solo los desafíos globales: la cooperación internacional es esencial.
La ONU representa ese espacio común donde las naciones pueden dialogar, mediar diferencias y construir soluciones colectivas. Su existencia nos recuerda que la paz no es la ausencia de guerra, sino la presencia activa de justicia, respeto y solidaridad.
Celebrar el Día de las Naciones Unidas es también una oportunidad para mirar hacia nosotros mismos. Todos, desde los gobiernos hasta las comunidades, desde las empresas hasta las personas, tenemos un papel que desempeñar.
Construir un mundo más humano y sostenible empieza con gestos cotidianos: elegir el respeto, apoyar causas solidarias, cuidar el entorno, promover la igualdad y defender los derechos de quienes no tienen voz.
El lema de la ONU, “Nosotros los pueblos”, sigue siendo una poderosa declaración de principios. Nos recuerda que el cambio global comienza con la acción individual y colectiva.
El futuro depende de nuestra capacidad para cooperar, empatizar y actuar con responsabilidad.
Un llamado a la esperanza
En el Día de las Naciones Unidas, recordemos que la paz y el progreso no son un destino fijo, sino una tarea constante. La ONU nació de la voluntad de unir al mundo frente a la adversidad, y ese espíritu sigue vivo.
Hoy, más que nunca, es momento de renovar nuestro compromiso con los valores que inspiraron su creación: la dignidad humana, la justicia, la igualdad y la solidaridad.
Porque solo juntos podremos construir el mundo mejor que todos merecemos.