Mallorca recibe cada año miles de visitantes, pero la forma en que viajamos determina si nuestra estancia suma o resta al lugar. Ser un huésped responsable no es un gesto simbólico: son decisiones diarias que reducen la presión ambiental, fortalecen la economía local y generan vínculos con la comunidad.
Así que hagamos las cosas bien para disfrutar de una forma distinta nuestras vacaciones, pero sin perder un ápice de la ilusión por nuestra merecida desconexión de lo rutinario. Además, estás contribuyendo a cuidar la zona que vas a visitar. Por lo que aquí tienes algunos consejos que te van a venir bien. ¡Toma nota!
Infórmate sobre la estacionalidad: elegir temporadas bajas ayuda a repartir beneficios durante todo el año. Prioriza medios de transporte menos contaminantes, como trenes o buses. Si debes volar, busca formas de compensar las emisiones apoyando proyectos locales de restauración ambiental.
El hotel que elijas marca gran parte del impacto. Decántate por alojamientos con políticas claras de ahorro energético, gestión de residuos y compras locales. Valora aquellos que invierten en formación del personal y colaboran con la comunidad.
Una vez ya estés en el hotel, respeta las normas y colabora con las medidas medioambientales que te proponen: reutiliza toallas y sábanas, apaga luces y climatización al salir y evita plásticos de un solo uso. En todos nuestros hoteles ya lo tenemos interiorizado y esperamos verte alojarte en alguno de nuestros centros…. No obstante, si decides que no sea con MarSenses Hotels & Homes -aunque nos de pena-, esperamos que sea una decisión consciente y que, realmente, deje huella.
Muévete a pie, en bici o transporte público, siempre que sea posible. Asimismo, es otra forma de vivir aventuras distintas dentro de una aventura que ya es irse de vacaciones. Evita excursiones masivas o que dañen espacios naturales. Opta por operadores que trabajen con guías locales y sean transparentes con el reparto económico. En la naturaleza, respeta senderos, no alimentes fauna y limita tu visita a las zonas habilitadas.
Consumir en origen es la forma más directa de apoyar a la comunidad. Elige restaurantes con productos locales y de temporada; compra artesanía certificada en talleres y evita souvenirs importados. Pregunta por la procedencia del pescado, frutas, verduras o vinos: así reduces tu huella y apoyas oficios tradicionales.
No hace falta un voluntariado largo para aportar. Puedes asistir a eventos benéficos, inscribirte en talleres de artesanos locales, donar a proyectos sociales o sumarte a jornadas de limpieza o reforestación organizadas por el hotel. Si eliges voluntariado pago, asegúrate de que la ONG o entidad tenga prácticas responsables.
Aprende algunas frases en el idioma local, respeta horarios de descanso y pide permiso antes de fotografiar a personas o ceremonias. Evita actividades de “turismo espectáculo” que banalicen tradiciones o exploten a comunidades. Estos gestos sencillos fortalecen el intercambio cultural.
¡TUS HECHOS MARCAN TENDENCIA!
Pregunta en la recepción por políticas ambientales y sociales, solicita información sobre proveedores locales y apoya públicamente a negocios responsables con reseñas positivas. Tus comentarios pueden impulsar cambios en el sector.
Reciclar, reducir agua, limitar plásticos, elegir actividades de bajo impacto y comprar a productores locales suma. Si cada visitante adopta incluso la mitad de estas acciones, el beneficio para la isla será visible.
En resumidas cuentas; ser huésped responsable es dejar Mallorca mejor de como la encontramos. Más allá del paisaje, también se protegen las comunidades, la cultura y la vida cotidiana de quienes la habitan.