Que en 2025 aún tengamos que escribir esto, sigue siendo algo que llama la atención. No deberíamos tener que plantearnos estas cosas y menos a estas alturas de la vida y del siglo en el que estamos, ya que se presumía superado, entendido y gestionado. Parece ser que no lo está del todo. Para ello, siempre es necesario recordarlo.
Viajar debería ser sinónimo de libertad. De poder ser uno mismo, sin miedo, sin juicios, sin tener que esconder ninguna parte de lo que somos. Sin embargo, todavía hay muchas personas que, al planificar un viaje, deben preguntarse si su destino será realmente un lugar seguro y acogedor.
Por eso, hablar de diversidad e inclusión en el turismo no es una moda: es una necesidad. Crear espacios donde todas las personas —sin importar su orientación, identidad, origen o forma de amar— se sientan bienvenidas, es una forma de hospitalidad tan esencial como ofrecer una cama cómoda o un buen desayuno.
Ser un espacio seguro no significa solo “aceptar” la diversidad, sino celebrarla. Significa reconocer que cada persona aporta una historia, una energía y una forma única de mirar el mundo.
En todos nuestros hoteles, y como empresa, creemos que el respeto es el punto de partida de toda buena experiencia. Por eso, nuestros equipos reciben formación continua en inclusión, igualdad y atención consciente. Queremos que cada huésped se sienta libre. Un simple gesto —una sonrisa auténtica, un trato sin prejuicios, un lenguaje inclusivo— puede marcar la diferencia y hacer que las personas se sientan ellas mismas y como casa, disfrutando al máximo de su estancia y de sus vacaciones en general.
La diversidad no se limita a banderas o fechas concretas. Es algo que se vive a diario, en la manera en que tratamos a las personas y en cómo construimos comunidad. Día a día. Todo el año.
Nuestro compromiso es crear un entorno donde la autenticidad no solo se respete, sino que se celebre. Donde todas las parejas puedan tomarse de la mano sin preocuparse, donde las familias diversas sean reconocidas como lo que son: familias, con amor del bueno.
Creemos firmemente que el turismo puede y debe ser un refugio para la libertad. Un lugar donde las etiquetas se desdibujan y solo queda lo esencial: la conexión humana.
Cuando un espacio se declara inclusivo y lo demuestra, su impacto va más allá de sus paredes. Inspira a otros negocios, sensibiliza a la comunidad local y contribuye a construir una sociedad más justa. El turismo es una ventana al mundo, y cada persona que viaje que se siente segura se lleva un mensaje poderoso: la igualdad no es una excepción, es la norma.
Así, la hospitalidad se convierte en una herramienta de transformación social. No solo ofrecemos descanso, sino también confianza, visibilidad y esperanza.
Viajar sin miedo, vivir con orgullo
Todas las personas merecemos viajar sintiéndonos libres, auténticas y cuidadas.
Elegir un espacio seguro no es solo una cuestión de comodidad, sino también una manera de gritar al mundo que el futuro del turismo pasa por ser humano, inclusivo y sin prejuicios.
Cada sonrisa cuenta, cada historia importa y cada persona es bienvenida tal como es. Así que prepárate para vivir en MarSenses Hotels & Homes la experiencia de un turismo donde la diversidad se celebra todos los días. Porque viajar sin miedo debería ser algo tan natural como despertar con el sonido del mar.
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